AUTOCRÍTICA. EL DIÁLOGO INTERNO DESTRUCTOR
Esa horrible voz, que critica, y mantiene la autoestima baja. Sin ninguna necesidad, interviene para recordarte, lo mal que haces las cosas, lo poco que vales, te propone retos inalcanzables, te castiga por no superarlos, te compara con los demás haciéndote siempre de menos, y además te recuerda siempre tus fracasos.
Para parar con todo esto, y dejar de escuchar todo ese ruido mental que no hace ningún bien, lo primero que debemos hacer, es detectarlo. Saber que existe, y aprender a escucharla.
Llevamos tanto tiempo identificados con nuestros pensamientos, que pensamos que son reales, por el simple hecho de que son nuestros, es más, pensamos que esa voz crítica somos nosotros mismos, cuando la verdad es, que somos mucho más, y los responsables de educar ese diálogo interno, y convertirlo en un apoyo, y guía de viaje.
Pongamos un ejemplo. Imagina que ese diálogo es el GPS de tu coche. Está bien tener una mente crítica y racional que te dé consejos. Así en el momento que estés en peligro, o perdido, habrá una guía para abordarte. De la misma manera, que el GPS te guía y te da indicaciones, para saber, la dirección correcta que te lleva al destino elegido.
Ahora imagina, que decides ir por otro lado, te confundes en la salida de una rotonda, o la carretera por la que circulas, esta cortada por obras. ¿verdad que no sería lógico que tu GPS se ponga a insultarte, mostrarte lo fracasado que eres, lo torpe que estas siendo al volante?
Cogerías el GPS y lo reprogramarías, si no lo tirarías por la ventanilla ¿cierto?
Con tu mente critica, es momento de hacer lo mismo. REPROGRAMARLA.
Una vez que la hemos detectado, nos disociamos de ella, sabemos que no somos la voz, es un programa mal configurado, que se ha pasado de vueltas. Estaba para ayudarnos y guiarnos, y ahora nos está saboteando.
Para ello ayuda mucho el ejercicio de poner los pensamientos en palabras y hablarlo en tercera persona de “tu”
Te verás a ti mismo insultando o siendo muy crítico con una persona imaginaria que esté en frente de ti. Verás lo desmesurado que es, y te sorprenderás a ti mismo. Una vez experimentado en tercera persona, serás menos permisivo con ese “GPS estropeado”
Una vez que hemos detectado esa voz crítica, y nos hemos disociado de ella, nos queda la tercera fase: Reprogramarla.
¿Cómo?
Ten esto en cuenta: Lo que resistes persiste, y lo que aceptas, se transforma.
No caigas en la trampa, de odiar esa voz, pues te estarás odiando, y estarás siendo muy duro contigo, en otra forma, pero igual de duro. No te resistas a tener diálogo interno, recuerda que la mayoría de los seres humanos la tenemos, exceptuando los grandes maestros gurús que consiguen trascenderlo.
Reprogramarla se trata de educarla, y para ello, no puedes hacerla desaparecer, ni pretender que cambie de un día para otro con mas autoexigencia. Debes convertirte en amor, tratar al
entorno y a ti mismo con muchísimo cariño. Como si fueras un niño o una niña pequeña que está aprendiendo a andar. Cada vez que te pilles hablándote mal, date a ti mismo un argumento de lo que te está ayudando hacerlo de esa manera.
Por ejemplo:
Has aparcado mal el coche, y tu mente crítica te dice:
– ¡Que torpe soy! ¡Además de tardar un montón lo he dejado torcido! A lo que te dices a ti mismo (si estas solo en voz alta)
– Aparcar lento me da seguridad para hacerlo bien, y aunque este torcido me permito confundirme.
Sin más, no hay lucha, no hay enfrentamiento, ni resistencia. Simplemente, te empiezas a hablar como una persona adulta y consciente.
Esa mente crítica te ha estado limitando y maltratando durante mucho tiempo, es normal si al principio te sientes raro, incluso bipolar, hablándote a ti mismo. Tal vez una víctima o te autocompadezcas de ti.
No es buena opción quedarte anclado en esa posición, pues nuevamente estarás siendo dominado por las circunstancias. Ahora eres dueño y responsable de ti, y de todo lo que pasa en tu interior. Es momento de utilizar tus habilidades, convertirte en amor, para convertir en amor, todo lo que tocas. Cuando te sientas perdido, simplemente, pregúntate, ¿Qué haría el amor? Ahí encontrarás todas las respuestas.